martes, 20 de mayo de 2008

Madonna, mi directora de marketing


Los directores de marketing son hoy más responsables que nunca de los resultados económicos de la empresa. Esto es lo que Advertising Age extrae de la encuesta realizada a más de 200 directores de marketing por la firma Spencer Stuart. Y si esto es así, y pudiéramos hacerlo, hay alguien a quien todos ficharíamos. Porque conoce al público como nadie. Porque todas sus acciones de comunicación arrasan. Y porque cada pestañeo suyo es una master class de marketing.

La Recording Industry Association of America la declara la "artista de rock femenina que más ha vendido en el siglo XX". Y en el Libro Guinness de los Records, aparece como la que ha cosechado “más éxito en todo el mundo”. Su secreto, una estrategia que reinventa su imagen en cada trabajo. Y esto a sus fans les encanta. Es un personaje múltiple e incombustible. Es la reina del exceso. Es Madonna.

Según el especialista en marketing Stephen Brown, la clave está en que personifica la postmodernidad. Es una mujer fatal, controvertida y polémica. Es subversiva en su atuendo y en su actitud. Sin término medio, de un extremo al otro. De la provocación al misticismo, pasando por dominar la silla de montar y la pista de baile, a partes iguales. Se convierta en lo que se convierta es tendencia.

La construcción de su vida pública la ha hecho en base a la superposición de rumores. Con la clásica actitud de odio hacia la prensa pero sirviéndose de ella para afianzar su popularidad, ha construido su historia. Sabe que el escándalo vende, y por ello ha jugado a la ambigüedad sexual y ha escrito cuentos para niños, ha blasfemado y se ha convertido al judaísmo...

A sus 50 años, no hay quien la coja el paso. Perfecta en sus videoclips y dejando al público con ganas de más en sus conciertos. El halo de misterio que la rodea constituye un verdadero reclamo. Aquello que no está muy disponible, parece más valioso. Y Madonna maneja esta estrategia con maestría.

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