viernes, 7 de marzo de 2008

La filosofía karaoke resucita a Richard Clayderman



La música goza de tan buena salud que se está transformando en el hilo conductor de muchas campañas. Incluso, en algunos casos, eclipsa al mensaje, convirtiéndose en el origen de la creatividad misma. Curvas imposibles, un vaca sorda, rocas en reproducción y ciclistas en biquini son algunos de los elementos del anuncio de Publicis Lado C para el Mégane GT de Renault, que culminaba con la aparición del pianista Richard Clayderman, interpretando la banda sonora de ‘La historia interminable’. Esta música, que fue incluida en el disco recopilatorio Ibiza Mix, encajaba perfectamente con el público objetivo de la campaña, de entre 30 y 35 años, que vio la película en su infancia.

Otro ejemplo del creciente protagonismo de la música es la campaña de la Sra. Rushmore para ‘Co-creación’, enmarcada dentro de la campaña ‘El lado Coca-Cola de la vida’, que recorrió toda Europa. En ella, se invitaba al consumidor a relacionar lo bueno que le ofrece la vida con la música. El protagonista del spot generaba de forma espontánea una cadena musical, y pasaba de ser un desconocido a una estrella de la música gracias a sus amigos digitales, demostrando que la música conecta a las personas de manera inmediata.

Pero hay países en los que la música, como concepto abstracto, forma parte de su identidad nacional. Por eso, la incluyen hasta en las carreteras, aunque sin Richard Clayderman de por medio. Este sistema, llamado melody tunning, funciona con unos sensores en forma de nota musical estampados en el asfalto que detectan el paso del vehículo, emitiendo notas a través de altavoces situados en el arcén. Si se realiza todo el tramo a determinada velocidad, se puede escuchar una popular melodía. Existen tres carreteras con música implementada en Hokkaido, Wakayama y Gunma, lo que dice mucho del poder de la música y de los japoneses, que están en todo.

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