viernes, 14 de marzo de 2008

El perfume de la seducción



La insinuación y la provocación son mecanismos muy utilizados por la publicidad para obtener la respuesta del receptor, especialmente si se trata de productos que entran por los sentidos, y el olfato es uno de los más sugestivos. La elaboración de un mensaje que requiere un proceso cognitivo, requiere también la máxima atención. Sin embargo, la llamada al instinto es rápida, sencilla y efectiva. El interés es instantáneo, natural.

En las campañas de marcas de perfume, las mujeres aparecen en más ocasiones y de forma más explícita. Es el caso de Sarah Jessica Parker, protagonista de la serie ‘Sexo en Nueva York’, que presenta su último perfume, Covet, intentando cautivar a un gendarme francés, tras ser sorprendida robándolo. O de la elegantísima Charlize Theron, que lo es mucho más cuando sólo la viste su J´Adore de Christian Dior.

Aunque, poco a poco, se está alcanzando la paridad en el protagonismo de estos spots. Por ejemplo, los omnipresentes Dolce & Galbana no han dejado escapar el torso de Matthew McConaughey -primero en blanco y negro, y después en color-, para aplicar su última fragancia. Y no se quedan atrás el conjunto de spots de Diesel, donde hombres y mujeres piden ‘Fuel for life’, en actitudes de lo más tentadoras: en un solitario ascensor, bajo una lluvia suave pero constante...

Es posible que el anuncio en sí mismo no determine la compra, pero es muy probable que se convierta en la motivación que el potencial comprador necesite para interesarse. Y es que en la publicidad, como en muchas otras ocasiones, los impulsos anulan la razón.

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