viernes, 11 de enero de 2008

La suspensión del Dakar y de los Globos de Oro, la ruina de sus anunciantes


La huelga de guionistas en Hollywood no sólo trae por la calle de la amargura a los diseñadores de Arena, que no saben cuándo podrán ver el próximo episodio de Héroes o Perdidos, también está afectando al mercado publicitario. Los Globos de Oro han sido suspendidos, y la inversión publicitaria había alcanzado cifras multimillonarias. De hecho, la NBC está meditando devolverles a algunos de sus anunciantes los ingresos realizados, que oscilan entre los 10 y 15 millones de dólares.

Entre los patrocinadores de la ceremonia del año pasado estaban Target Corp, Kraft Foods, L’Oreal y Citigroup. Esta gala supuso una inversión publicitaria de 26,9 millones de dólares en 2007, según TNS Media Intelligence. Y es que, este tipo de ceremonia está entre los programas más caros en la parrilla televisiva, ya que consiguen una exposición inmediata, y una gran penetración y alcance.

Mientras, la ABC, encargada de retransmitir la ceremonia de los Oscars el próximo 24 de febrero, ha querido adelantarse a cualquier circunstancia. Y el portavoz de la cadena ha afirmado que la Academia de las Ciencias y las Artes Cinematográficas de Hollywood está plenamente comprometida con seguir adelante con la ceremonia, por lo que no tiene planes de contigencia para los anunciantes. No obstante, si la ceremonia se viera afectada por la huelga, la cadena no se enfrentaría a la pérdida de ingresos provenientes de la publicidad, ya que estos espacios publicitarios se venden con meses de antelación y a una tarifa de entre 1,5 millones y 1,6 millones de dólares por anuncio de 30 segundos.

Por su parte, la suspensión del Dakar ante el riesgo de atentados de Al Qaeda, supondrá pérdidas de unos 50 millones de euros a los equipos participantes. La ASO (Amaury Sport Organisation), que en su día se comprometió a devolver todo el dinero antes del 28 de febrero, ya ha saldado prácticamente la totalidad de su deuda. Esto supone los valores que los 570 inscritos pagaron como derecho de partida, que son 15.700 para una moto, 26.800 para un coche, y 41.100 para un camión. Pero la inversión de los participantes va mucho más allá, ya que deben poner a punto sus vehículos, pudiendo superar los 400.000 euros de inversión por coche, y representando más de 4 millones de euros para un equipo.

Los organizadores cuentan con un seguro que afronta gastos en caso de anulación de la carrera, pero corren el riesgo de afrontar demandas en los tribunales de patrocinadores, cadenas de televisión, equipos o ciudades afectadas. De hecho, la ciudad portuguesa de Portimao ya anunció que demandará a la empresa francesa organizadora para que le devuelva los 1,3 millones de euros que pagó a la ASO con el fin de que la caravana pasara por la localidad. Mientras, para intentar calmar los ánimos, del 27 de abril al 7 de mayo, la ASO organizará un rally puente entre Bulgaria y Rumanía. A partir de ahora, ¿nos tendremos que ir hasta allí para buscar un nuevo Lago Rosa?

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